DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Somos un grupo de jubiladas y jubilados unidos por un común afán de libertad, justicia social y democracia participativa. Nos oponemos firmemente a toda forma de exclusión o marginación, cualesquiera que sean sus motivaciones: origen, religión, género, raza, ideología, "status" social y económico, orientación sexual y, claro está, edad. Rechazamos toda forma de política autoritaria, ejercida al margen del control democrático popular y los políticos que, en nombre de la democracia y el bien común, prescinden del pueblo que dicen representar y favorecen intereses espúreos. Reivindicamos la igualdad de todos los seres humanos y el respeto incontestable a su dignidad y derechos. En tanto que ciudadanos, aspiramos al ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos y muy particularmente al derecho de expresar libremente nuestro pensamiento sin cortapisas ni inhibiciones. El blog responde a esta aspiración y, consecuentes con esta declaración de principios, se encuentra abierto a cuantas personas deseen expresar sus opiniones en estas páginas. Esperamos vuestra colaboración.

martes, 26 de marzo de 2013

¿QUÉ VIOLENCIA?

Viñeta de Bernardo Vergara aparecida ayer, día 25-03 en eldiario.es

Escrache



Viñeta de Alfons López aparecida hoy en Público.es

Noalacoso


SÉ TODOS LOS CUENTOS

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
 
León Felipe
 
                                                                                                                                                              

Que no nos entretengan con cuentos; no nos dejemos atrapar en discusiones y debates estériles y de camuflaje; no perdamos de vista lo importante: no estamos ante una crisis, estamos ante la imposición de cambio de las reglas democráticas, estamos ante un cambio del modelo social conseguido a través de las luchas de los últimos dos siglos. Es a eso a lo que nos estamos enfrentando y no a ninguna otra cosa.
 
Saludos,
 
Juan M. Molina
 
 

domingo, 24 de marzo de 2013

RENOVACIÓN ECLESIAL

Una vez elegido un cardenal argentino como nuevo papa, Pedro Serrano nos remite sus comentarios sobre Francisco, las posibilidades de renovación de la iglesia católica y sus propuestas de reformas. Ahí van:


Nuevo Pontífice

                Los católicos del mundo están de enhorabuena, pues el nuevo Papa elegido por los señores cardenales es un buen creyente, austero, sencillo, cercano, de carácter afable pero firme, atento con los pobres, y con sólida formación teológica y humana. Asimismo tiene óptima experiencia en puestos de responsabilidad eclesial, pues fue provincial de los jesuitas, obispo, arzobispo de Buenos Aires y cardenal.

                El nuevo pontífice que sucede a Benedicto XVI, es el primer Papa jesuita, el primero en llamarse Francisco y el primer pontífice que procede de Argentina y de Latinoamérica.

                Lógicamente es conservador, pues en la Iglesia no se suelen elegir para cargos eclesiales –salvo error– a creyentes progresistas. Ni en los seminarios aceptan para presbíteros a jóvenes con mentalidad moderna. Estos reparos condicionaron a Bergoglio en la comprensión de las utopías modernizadoras tanto en la Iglesia como en el seno de la Compañía de Jesús.

                Como conservador en doctrina y bioética, según las noticias de la prensa, parece que fue más transigente con la dictadura Argentina (aunque Bergoglio ayudó a jesuitas represaliados, a dos jesuitas obreros no tanto), que con el régimen democrático de los Kirchner. La jerarquía suele ser más afín al capitalismo que al comunismo. Muchos eclesiásticos argentinos prefirieron la dictadura represora por miedo a un régimen marxista. Para los conservadores es prioritaria la fe y secundaria la justicia. Mientras que para los progresistas, la fe está muerta si faltan las obras de justicia.

                Si Juan Pablo II dio prioridad a los movimientos neoconservadores, puede que Francisco prefiera a los religiosos con su sólida formación. ¿Disolverá la alianza tácita anticomunista de la Iglesia con el imperio?

¿Será renovador Francisco?

                Pero lo importante ahora  no es el pasado, sino el presente que camina hacia el futuro. Todos los seres humanos, no sólo el Papa Francisco, tenemos cuestiones negativas en nuestras vidas. Incluso san Pablo fue perseguidor de los cristianos y san Pedro estuvo lleno de debilidades. Por ello, aceptemos jubilosos la elección del Papa Francisco.

                Muchos confiamos que Francisco va a emprender la reforma de la Curia donde anidan luchas de poder, la reforma de las finanzas vaticanas siempre atractivas para ambiciosos y corruptos. Seguro profundizará las medidas ya tomadas en la Iglesia para frenar los escándalos de pederastia y hasta puede que se desprenda de bienes eclesiales que dan la sensación de una Iglesia rica.

                Es motivador que Francisco llame a la Curia, cardenales, obispos y cristianos, a dar testimonio de una vida sencilla y pobre (como Francisco de Asís del que ha tomado el nombre), dedicada al servicio de los empobrecidos.

                Confiamos que Francisco será un reformador, si le dejan los poderosos, no sólo de estructuras materiales y organizativas de la Iglesia, sino que promoverá lo más fundamental: una fe, una espiritualidad y una evangelización más auténticas, según los signos de los tiempos.

¿Para cuándo la transformación de la Iglesia?

                Pero la Iglesia, además de las reformas urgentes, necesita algo más para transmitir la gracia de amor-salvación de Jesús a la humanidad. Hay que transformarla, hay que volverla del revés, lo de abajo ha de ponerse arriba,  y viceversa. Hay que abrir un debate entre los católicos, no sólo en la cúpula cardenalicia, que resuelva sobre las transformaciones que son necesarias en la Iglesia, tales como:

-¿Continuaremos con el Estado Vaticano o debemos suprimirlo?

-¿Mantendremos el papado con poder absoluto surgido a partir del siglo IV ó no? Según el teólogo brasileño Frei Betto, ya existen una Rusia sin Zar, una Francia sin rey, un Brasil sin emperador y unas iglesias protestantes y religiones sin papas.

-¿Transformamos el modelo de Iglesia cristiandad, totalitaria y verticalista, en el nuevo modelo de Iglesia de los pobres (Vaticano II), democrática y participativa, con cargos temporales?

-¿Habrá que abolir la Curia y los cardenales, para potenciar una Iglesia sinodal como exigía el Vaticano II? Es decir, que los sínodos de obispos a nivel universal y regional dirijan a la Iglesia con la participación de las diócesis.

-Así como la Iglesia se abre al capitalismo ¿sería necesario que dialogara con el socialismo, dado que se interesan por la justicia en el mundo? ¿Se profundizará el ecumenismo y el diálogo con las religiones?

-La adaptación a los signos de los tiempos era una exigencia del Concilio Vaticano II. ¿Qué habría que hacer en la Iglesia para dar participación al pueblo, a los laicos y a las mujeres? 

-Si la inquietud moral de la jerarquía está centrada en cuestiones bioéticas, ¿tendría que priorizar hoy día, los temas de justicia social y liberación de los empobrecidos?

-¿Habrán que anularse las alianzas con los poderosos para trabajar libremente en la evangelización profética y en la emancipación de los oprimidos?

-¿Se eliminarán títulos, dignidades, boatos litúrgicos medievales y formas de vestir anticuadas? ¿Se renunciará a catedrales, palacios, fincas y mansiones innecesarias para dar testimonio de pobreza?

                Si la voz del pueblo es la voz de Dios, escuchemos al pueblo.

 Pedro Serrano García

 

sábado, 23 de marzo de 2013

¿REFORMAS EN LA IGLESIA?

El amigo Pedro Serrano está últimamente que no para y continúa remitiéndonos sus analisis y valoraciones sobre el entorno religioso que nos rodea y más en concreto lo que concierne al ámbito católico. En esta ocasión sus reflexiones están relacionadas con las expectativas que se abren ante la renuncia de Benedicto XVI y la posibilidad de introducir reformas en la iglesia católica. Es evidente que estos comentarios están realizados antes de la elección del nuevo papa, lo que, sin embargo, no resta valor a su contenido. De ahí su publicación en estos momentos.


                Ríos de tinta se han escrito ya sobre la sorprendente noticia a mediados de febrero de la renuncia del papa Benedicto XVI, debido a la debilidad en que se encuentra, también por su avanzada edad y por otras enfermedades (marcapasos, leves ictus cerebrales, artrosis, escasa visión en un ojo y otras más). Cuente Benedicto con nuestras condolencias y oraciones. Muchos estimamos que es una acertada e inteligente decisión que el papa anciano y enfermo se retire para dedicarse a la oración y a la teología.

Los responsables de la Iglesia deben evitar el feo espectáculo de que nuevamente un papa aparezca pública y constantemente en un avanzado estado de decadencia física, psicológica y mental hasta su muerte, como ocurrió con Juan Pablo II.

Inmovilismo eclesial

                Benedicto XVI, cuando era el cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrinas de la Fe, fue el mejor colaborador de Juan Pablo II para mantener una Iglesia conservadora y de pensamiento único, causante de la defenestración de teólogos progresistas y ocultamiento de sacerdotes pederastas. Ya nombrado papa hace cerca de ocho años, aun su bondadoso carácter y su capacidad teológica, mantuvo la misma línea inmovilista de su antecesor. Aunque en honor a la verdad, ha tratado de purificar la Iglesia pero en consonancia con su actitud restauradora.

                El Concilio Vaticano II (1962-1965) iniciado por el buen papa Juan XXIII, propugnó la modernización de la Iglesia frente a las estructuras anticuadas con sorprendentes reformas, que entre otras están: declarándola pueblo de Dios y no poder jerárquico; estableciendo el diálogo con el mundo, evitando permanecer en el pedestal de la superioridad eclesial; abrirse al ecumenismo con las otras iglesias cristianas y al diálogo con las religiones; optar preferencialmente por los pobres y abandonar sus pactos prioritarios con los Estados capitalistas; dar voz y protagonismo a los laicos suprimiendo la mordaza a que durante siglos se les tenía sometidos; afirmando la dignidad de los trabajadores frente al capital idolátrico; animando una nueva eclesiología donde la diversidad tenga cabida en la unidad; invitando al clero a dar testimonio de pobreza frente a la ostentación a la que acostumbran; abandonar el latín en las celebraciones públicas para que los creyentes entiendan el mensaje de Dios; priorizar el estudio de la Biblia frente a los catecismos doctrinarios al uso; y otras muchas reformas más.

                Pero finalizado el Concilio, los padres conciliares renovadores se marcharon a su respectivas diócesis, mientras que los señores cardenales conservadores de la Curia romana se quedaron encargados de hacer las reformas acordadas. Una vez desaparecido Pablo VI y después de la temprana muerte de Juan Pablo I, la Curia eligió papa a Juan Pablo II, procedente del clero eclesial excesivamente conservador de Polonia.

                En la medida que pudieron, el Papa y los cardenales, ayudados de los sectores inmovilistas de la Iglesia fueron dando  una interpretación al Concilio que evidentemente no se ajustaba al espíritu de sus contenidos, ni a las necesidades del mundo moderno, especialmente de los pueblos empobrecidos.

¿Qué esperamos de la Iglesia?

                Si Dios no lo remedia, el próximo papa será conservador. Dada la estructura tradicional de la Iglesia, un papa conservador y anciano elige a los cardenales conservadores y ancianos; a su vez estos cardenales serán los  encargados, en su momento, de elegir otro papa también conservador y anciano.

                Sin embargo, el pueblo de Dios y la humanidad necesitan la renovación de la Iglesia. Benedicto XVI, aprovechando el escaso tiempo que le queda hasta el día 28 de febrero en que volverá a ser Joseph Ratzinger, ha manifestado su queja frente al proceder de algunos cardenales: hay que seguir luchando por “una verdadera renovación de la Iglesia”. “La Iglesia no es una estructura. Son todos los cristianos, no un grupo que se declara Iglesia”. ¿Se referirá en estas palabras a las luchas entre distintos grupos de la Curia?

En otro momento expresó: “la división desfigura a la Iglesia. Debemos superar nuestras rivalidades”. Luego hay enemistades entre los grupos conservadores en su lucha por la hegemonía y el control del banco vaticano “IOR” y los dineros.

Añadió Benedicto XVI: “muchos están listos a rasgarse las vestiduras frente a escándalos e injusticias, naturalmente cometidos por otros, pero pocos parecen dispuestos a actuar en su propio corazón”. Sus palabras llaman a la conversión.

Reformas urgentes

La Iglesia necesita, una democratización de sus estructuras; que los cargos de párroco, obispo y papa se asuman en elecciones correspondientes. Suprimir los concordatos con las dictaduras y los Estados capitalistas; dialogar con partidos y gobiernos de izquierda, pues tienen muchas cosas positivas. Suprimir el Estado Vaticano como la mejor manera de mostrar la separación entre Iglesia y Estado. Defender profética y firmemente a las clases populares explotadas por oligarquías ambiciosas. Su Doctrina Social debe condenar el capitalismo neoliberal, pues es “intrínsecamente perverso” (Pablo VI). Abrir el sacerdocio a casados y mujeres. Asimismo, renunciar a muchas propiedades innecesarias para la evangelización…
Pedro Serrano García

 

miércoles, 20 de marzo de 2013

LA MUJER

 “Y creó Dios a la persona a su imagen.
Mujer y varón los creó” (Gen 2,27)


                El ascenso imparable de la mujer hacia la plena igualdad con el varón junto al reconocimiento de su dignidad y derechos, es un proceso histórico irreversible que está liberando a la humanidad.

Conmemoración

El día 8 de marzo fue la fecha elegida para celebrar la dignidad, los derechos  y la igualdad de las mujeres. Al principio, es decir, en 1910 las mujeres socialistas reunidas en Copenhague, aprobaron celebrar cada 8 de marzo el Día internacional de la Mujer Trabajadora. Pero las Naciones Unidas en 1975 comenzaron a emplear el título del “Día Internacional de la Mujer”.

Jalones históricos

Según los datos recogidos de Internet (salvo error), el título no se precisó totalmente hasta 1977. Precisamente en 1909 en Estados Unidos, se declara el 28 de febrero Día de las Mujeres Socialistas por primera vez. En 1910, las socialistas optaron por el nombre de Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que se ratifica en la Conferencia Internacional de Mujeres  del 25 de marzo de 1911.

Sin embargo, las mujeres de Rusia en 1913, prefirieron llamar a la celebración anual Día Internacional de la Mujer, al último domingo de febrero. Las mujeres representantes de Alemania, Suiza y Rusia, conmemoraron por primera vez de manera oficial el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Pero en 1965, el Presídium de la URSS, al 8 de marzo lo declaró Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La ONU, aprobó en 1975 celebrar los 8 de marzo Día Internacional de la Mujer.

Por último, en 2011 las Naciones Unidas celebraron el centenario del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Al final, el nombre que ha prevalecido para celebrar cada 8 de marzo es: “Día Internacional de la Mujer”.

Antecedentes

                Claro que la emancipación de la mujer tiene unos antecedentes.  En el siglo IV-V de nuestra era fue asesinada la matemática y astrónoma llamada Hipatía. En el siglo XIX los movimientos sufragistas se movilizaron por el derecho al voto de las mujeres; asimismo los primeros grupos feministas del Movimiento Obrero cobran fuerza  entre los anarquistas. No hay que olvidar la participación extraordinaria de las mujeres en la Revolución Francesa.

Significado

                La sociedad capitalista está dividida en dos clases opuestas: clase dominante y clase trabajadora. Aunque existe una clase media, ésta es subalterna en tiempos de bonanza y proletarizada en tiempos de escasez, según los intereses del poder económico.

                Bajo el sistema patriarcal, tanto en la antigüedad como el Medievo, la mujer era prácticamente marginada de la vida social. Pero en el capitalismo, aun las luchas feministas y los avances conseguidos en cuanto a su emancipación, sigue discriminada  económica, política, cultural, social, familiar y religiosamente.

                Hay mujeres ricas y pobres. Aunque celebramos todos los años el día Internacional de la Mujer, es evidente que la mirada de mujeres y varones comprometidas/os por la dignidad e igualdad de las personas femeninas, hay que ponerla sobre la mujer trabajadora, pues ella forma parte de la clase oprimida. La mujer humilde es explotada: por trabajadora, por pobre y por mujer. Hay una mayor explotación a las mujeres pertenecientes a naciones, etnias y culturas marginales en el mercado mundial de la globalización neoliberal.

                La emancipación de la mujer no avanza equitativamente. Pues en el mundo desarrollado la mujer está más reconocida como persona que en  el mundo subdesarrollado, como Honduras. Es en la actividad productiva, donde la empresa capitalista humilla prioritariamente más a la mujer trabajadora que al varón trabajador. A partir de la lucha por la emancipación como persona y el reconocimiento de sus derechos fundamentales y laborales en la empresa, es como se logrará una sociedad de iguales en lo político, lo económico, lo cultural y  lo social.

Problemática actual

                La crisis mundial (económica, financiera y ética), es la pantalla usada por las élites financieras y transnacionales para mayor acumulación de poder y capital. Para ello, se están dando una o varias vueltas de tuerca a la explotación de la clase asalariada, donde la mujer trabajadora está llevando la peor parte, tanto en salarios y jornadas, como en derechos laborales y seguridad en el empleo.

En el mundo hasta el 50% de las agresiones sexuales se cometen contra niñas menores de 16 años. 603 millones de mujeres viven en países donde la violencia doméstica no se considera un delito. El 70% de las mujeres de todo el mundo aseguran haber sufrido una experiencia física o sexual violenta en algún momento de su vida. Se podrían añadir innumerables delitos más que se están cometiendo contra la mujer: bodas forzadas, extirpación del clítoris, feminicidio, esclavas del sexo, represión a las mujeres militantes e inseguridad sanitaria y educacional.

Perspectivas

                Las luchas de los varones unidos a las reivindicaciones de las mujeres, es una luz de esperanza para construir un mundo mejor.
 
Pedro Serrano García.