DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Somos un grupo de jubiladas y jubilados unidos por un común afán de libertad, justicia social y democracia participativa. Nos oponemos firmemente a toda forma de exclusión o marginación, cualesquiera que sean sus motivaciones: origen, religión, género, raza, ideología, "status" social y económico, orientación sexual y, claro está, edad. Rechazamos toda forma de política autoritaria, ejercida al margen del control democrático popular y los políticos que, en nombre de la democracia y el bien común, prescinden del pueblo que dicen representar y favorecen intereses espúreos. Reivindicamos la igualdad de todos los seres humanos y el respeto incontestable a su dignidad y derechos. En tanto que ciudadanos, aspiramos al ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos y muy particularmente al derecho de expresar libremente nuestro pensamiento sin cortapisas ni inhibiciones. El blog responde a esta aspiración y, consecuentes con esta declaración de principios, se encuentra abierto a cuantas personas deseen expresar sus opiniones en estas páginas. Esperamos vuestra colaboración.

viernes, 27 de enero de 2012

GEOPOLÍTICA GLOBAL

             Un mundo unipolar

 La bipolaridad mundial concluyó al desintegrarse la Unión Soviética. Estados Unidos declaró eje del mal a Irak, Irán y Corea del Norte. Justificándose en el atentado de las Torres Gemelas y con la estrategia de guerra preventiva  atacó a Irak y Afganistán y mantiene la amenaza a Corea del Norte e Irán por sus respectivos programas nucleares. A su vez, está desarrollando el escudo antimisiles, construyendo armamento más destructivo y aumentando el presupuesto militar que viene a ser la mitad de la inversión militar mundial. Pretende el control del espacio con satélites espías y levanta bases militares en países cercanos a la Unión Soviética y China. Por último, prohíbe enérgicamente que otros países posean el arma atómica y la tecnología nuclear aunque sea para usos pacíficos.

Norteamérica, para imponer a los Estados de la Tierra su hegemonía monopolar, se ha basado en su poderío militar y su potencia económica, imposible de alcanzar ni siquiera por los países más desarrollados. A su vez, ha plagado de bases militares implantadas en la mayoría de los Estados.

Dada la importancia estratégica del carburante para el desarrollo económico de los pueblos, Estados Unidos impone su control a los gobiernos de Estados productores de petróleo y gas, así como de otras materias estratégicas. Una vez acabado el conflicto capitalismo-comunismo, con el apoyo del racista Israel ha inventado otro gran enemigo: el “terrorismo islámico”, situado precisamente en la zona de Oriente Medio donde están las mayores reservas de crudo que les son imprescindible.

De las alianzas militares regionales que ha implementando en el mundo, la que más resultado da a Estados Unidos es la OTAN. Han sido los países occidentales, principalmente su acólito Reino Unido, los que colaboran incondicionalmente en todas las guerras que emprende el complejo financiero-industrial-militar Norteamericano, empezado por el desguace de la República de Yugoeslavia. Las potencias occidentales se apropian de la correspondiente “tajada” –aunque menor–  en los saqueos imperiales.

Occidente en crisis

                Pero sus afanes de dominio mundial único, se han visto limitados por los gastos exorbitantes de las guerras en Oriente Medio y del presupuesto militar. A ello se ha unido la crisis del sistema financiero y global norteamericano que ha arrastrado a los Estados europeos, también  a otros países insertos en el capitalismo mundial.

                Actualmente, tanto Estados Unidos y La Unión Europea, como la mayoría de Estados capitalistas, se encuentran atrapados en la ideología neoliberal que ellos mismos han acordado. Pues al renunciar los gobiernos al control público de la riqueza económica para favorecer sin ninguna regulación al capital privado multinacional, principalmente financiero, no tienen capacidad política para salir de la crisis (corrupta, evasiva de impuestos, con paraísos fiscales).

                Las organizaciones económicas Mundiales (OMC, FMI, BM, G8, G20 y Foro de Davos) y las regionales de la UE (BCE, instituciones políticas y potencias), junto con otras regiones menos poderosas, se muestran incapaces de adoptar las medidas que hagan pagar a los poderes financieros, inmobiliarios e industriales culpables de la crisis. Las medidas neoliberales que se están adoptando, perjudican claramente a los ciudadanos y favorecen a los corruptos poderes de mercados y finanzas. Los ajustes estructurales que tanto le ha gustado imponer al FMI contra el desarrollo de los países del Tercer Mundo, como los de Latinoamérica, nunca dieron resultado.

                Ahora son los pueblos europeos los que ven a los mercados desmantelar su querido Estado de Bienestar, con la complicidad escandalosa de los partidos y gobiernos socialdemócratas reconvertidos en social-liberales junto a los tradicionales partidos conservadores capitalistas.

Emergentes y periféricos

                Observamos que a los países emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica –Los BRICS–), la crisis les afecta menos, y sus políticas son más eficaces para frenar sus efectos, aunque haya disminuido algo sus respectivos crecimientos económicos.

                El PIB de China ha desplazado al de Japón del segundo puesto mundial; pero la renta per-cápita de los nipones es tres o cuatro veces superior a la de los chinos. ¿Querrá Europa imponer a sus trabajadores salarios chinos?

                Aunque se unieran, China con su desarrollo económico y Rusia con su poderío militar, están lejos de alcanzar a la superpotencia Norteamericana para competir con ella en una global hegemonía multipolar. Además, Brasil y Sudáfrica, siguen sometidos al Imperio.

                Del Tercer mundo, los Estados latinoamericanos se encuentran en un moderado desarrollo a medida que logran zafarse de las garras del Imperio. Los mayores perjudicados en la geopolítica mundial siguen siendo los pueblos subsaharianos.

Protesta popular

                El capitalismo mundial ha fracasado, pues aumentan los millones de hambrientos, de asesinados en conflictos y víctimas del  crimen organizado, la explotación de los trabajadores y la represión ciudadana.

                Se levantan los pueblos árabes contra sus dictadores, los indignados europeos contra el abuso de los mercados y los marginados latinoamericanos contra sus gobernantes corruptos.

La humanidad necesita un nuevo y solidario sistema mundial.

Saludos,
Pedro Serrano García


lunes, 9 de enero de 2012

CRITICAR O DENIGRAR, that is the question

criticar.
(De crítica).

1. tr. Juzgar de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en las reglas del arte.

2. tr. Censurar, notar, vituperar las acciones o conducta de alguien.

vituperar.

(Del lat. vituperāre).

1. tr. Criticar a alguien con dureza; reprenderlo o censurarlo.

denigrar.

(Del lat. denigrāre, poner negro, manchar).

1. tr. Deslustrar, ofender la opinión o fama de alguien.

2. tr. injuriar (agraviar, ultrajar).



Hay que tener claro que una cosa es criticar y otra muy distinta denigrar. ¿A cuento de qué viene este intento de aclarar los términos? Muy sencillo, viene porque estoy harto de recibir correos electrónicos de personas que sin lugar a dudas su posición ideológica es netamente de izquierdas y, sin embargo, divulgan, con buena voluntad, claro, manifiestos, información, propuestas de enmiendas constitucionales, etc., en las que, en mi modesta opinión, socaban los cimientos democráticos, pues se trata de unos contenidos en los que se denigra a los políticos, que rebosan demagogia en todos sus puntos, que manipulan la realidad, en muchos casos una conducta aislada la generalizan, en otros mienten como bellacos y, como decía antes, se divulgan de forma masiva a través de los correos electrónicos por la gente de izquierdas.

En mi opinión, la razón de que esto se produzca, es que confundimos el criticar con denigrar. Y la diferencia es abismal. La crítica a conductas reprobables de los políticos, a su acción política, a su falta de osadía para enfrentarse a la crisis, a determinados privilegios que ostentan, etc., sin duda fortalece a la democracia.

Este elemento crítico es consustancial a la democracia y no sólo es recomendable, sino imprescindible ejercer este derecho. Con ello se fortalece la democracia. El denigrar, por el contrario, es cuestionar la función del político, DE LA POLÍTICA. EN DEFINITIVA CUESTIONAR LA DEMOCRACIA EN SÍ. Ya hubo un personaje despreciable en nuestra historia reciente que decía: haz como yo, no te metas en política. Pues bien, ese creo yo que es el mensaje subliminal de muchos de estos panfletos que divulgamos con toda nuestra buena fe a través del correo electrónico.

La gente de izquierdas, en nuestro afán crítico (afán que, por desgracia, no destaca en la gente de derechas) en cuanto escuchamos un ruido aparentemente en determinada dirección nos apuntamos a aumentar ese ruido sin, en muchos casos, reflexionar sobre el sonido concreto del ruido y su armonía. En mi vida he tenido aalguna que otra experiencia en este sentido.

Así que nada… mucho ojo con lo que reenviamos en los correos electrónicos.

Cordiales saludos,

lunes, 2 de enero de 2012

LA IRRESISTIBLE ASCENSIÓN DEL FASCISMO EN LOS ESTADOS UNIDOS

El  "complejo militar-industrial" de los EE.UU., así denominado por Eisenhower hace muchos años,  no hace sino aumentar constantemente su poder sobre las instituciones democráticas de los EE.UU, desde el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York. Con el pretexto de tan execrable hecho y al rebufo de la conmoción producida por esta causa en la opinión pública norteamericana, el poder de este complejo militar-industrial se ha fortalecido y hecho más visible. Así, hemos tenido que contemplar cómo los respectivos gobiernos de Bush y Obama, en una evidente manipulación del derecho nacional e internacional, aprobaban o  aceptaban   la  así llamada Acta Patriótica, y ambos daban por buenos objetivos militares claramente ilegales,   como la guerra de Irak, o acciones políticas incompatibles con una democracia real, como secuestros, torturas o asesinatos, así, crudamente expresado,  por no aceptar el lenguaje políticamente correcto de los medios de comunicación, que hablan comúnmente de "detenciones preventivas", "interrogatorios exhaustivos, o "ejecuciones extrajudiciales". Ahí están, como vivos ejemplos de cuál es la verdad, Guantánamo, Abu Ghraib, las cárceles secretas en países europeos amigos o, en otro orden de cosas,  el actual estado de aislamiento e indefensión legal del soldado Manning, cuyo delito, revelar la verdad sobre los métodos de embajadas y agencias  oficiales estadounidenses, a la luz de la ética universal,  no merecería castigo, sino aprobación.

En esta nueva etapa de "guerra al terrorismo", otro concepto acuñado por el sistema para legitimar la intervención militar de los EE.UU. en un país extranjero, el poder y la libertad de acción alcanzados por el Ejército y las múltiples agencias de seguridad e inteligencia resulta tan escasamente ejemplar como preocupante,  según  pone de manifiesto el hecho de haber impuesto el Ejército, en el caso de la carcel  de Guantánmo, su voluntad  de mantenerla operativa en contra de la voluntad del Presidente Obama, que pretendía cerrarla, cumpliendo su promesa electoral.

El último episodio de este proceso de deslocalización del poder político democrático en favor del Ejército  lo encontramos hoy en la noticia de que el Presidente Obama ha acabado por firmar, en su residencia de Hawaiel mismo día 31 de Diciembre, la llamada Acta de Autorización a la Defensa Nacional (HR 1540),   según la cual las personas sospechosas de terrorismo podrán, a partir de esta firma, ser encarceladas por la Policía Militar del Estado de forma arbitraria, esto es, sin cargos precisos, por tiempo indefinido y sin derecho a juicio alguno. Ante esta Ley que, en nombre de la defensa de la libertad y la seguridad del pueblo americano, atenta  gravemente contra esa misma libertad y seguridad, y socava el espíritu y la letra de la propia Constitución de los EE.UU., el Presidente, consciente de la gravedad del acto de su firma,  se ha limitado  sin embargo a firmar el Acta, incluyendo en ella, a modo de  disculpa  por su mala conciencia, su juicio personal  de   que tiene "serias reservas respecto de ciertas medidas que regulan la detención, interrogatorio y persecución legal de los sospechos de terrorismo". Toda una muestra de escapismo moral.

En la Historia no suelen darse dos situaciones exactamente iguales, pero ¿cómo no recordar aquí y ahora el Decreto de la Presidencia del Gobierno Alemán para la Protección del Pueblo y el Estado, firmado el 27 de febrero de 1933 por Hindenburg, tras el incendio del Reichstag , provocado por Hitler, en el que se anulaban todas las libertades y derechos civiles de los alemanes, consagrados por la Constitución de Weimar  y abría las puertas al nazismo?   Esperemos que la evidente deriva de los EE.UU. hacia el fascismo, bajo la fórmula de una dictadura militar vestida de paisano, encuentre en este caso  la resistencia interna y externa que la gravedad de la situación exigen.