DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Somos un grupo de jubiladas y jubilados unidos por un común afán de libertad, justicia social y democracia participativa. Nos oponemos firmemente a toda forma de exclusión o marginación, cualesquiera que sean sus motivaciones: origen, religión, género, raza, ideología, "status" social y económico, orientación sexual y, claro está, edad. Rechazamos toda forma de política autoritaria, ejercida al margen del control democrático popular y los políticos que, en nombre de la democracia y el bien común, prescinden del pueblo que dicen representar y favorecen intereses espúreos. Reivindicamos la igualdad de todos los seres humanos y el respeto incontestable a su dignidad y derechos. En tanto que ciudadanos, aspiramos al ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos y muy particularmente al derecho de expresar libremente nuestro pensamiento sin cortapisas ni inhibiciones. El blog responde a esta aspiración y, consecuentes con esta declaración de principios, se encuentra abierto a cuantas personas deseen expresar sus opiniones en estas páginas. Esperamos vuestra colaboración.

lunes, 4 de junio de 2012

¡QUÉ PAÍS!

Qué se puede decir de un país en el que su seleccionador nacional de fútbol tiene más sentido de Estado que el propio presidente del gobierno. Qué se puede decir de un país cuyo presidente del Tribunal Supremo (TS) y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), responsable máximo, por tanto, de organizar el poder judicial en España, se comporta como un delincuente.

Veamos lo primero: Pues no va el muy memo de Rajoy a despedirse de los jugadores de la selección española de fútbol y les dice que echen una mano, que ganen la Eurocopa, que los españoles estamos muy necesitados de una alegría en unos momentos tan difíciles y que con su triunfo pueden dar a los ciudadanos de este país un gran subidón de moral. ¿Pero esto qué es? El Sr. Rajoy no es consciente que lo que más nos subiría la moral a la mayoría de la ciudadanía es que tuviésemos pleno empleo, que no nos desmantelase la enseñanza pública, la sanidad pública, la investigación pública; que no se congelen, o se bajen, sueldos; que no se congelen las pensiones; que no se eliminen nuestros derechos laborales de un plumazo;  que no tengamos que aportar las multimillonarias cantidades que estamos aportando para salvar un sistema financiero mal gestionado y corrupto sin que nadie tenga que dar explicaciones y se les exija responsabilidades; que se nos desahucie, se nos eche de nuestra casa y tengamos que seguir pagando la hipoteca; que… Pero por dios, Sr. Rajoy, hasta tal punto nos considera idiotas a los españoles.
Vamos a ver, algunos nos alegraremos si la selección española de fútbol gana la Eurocopa (probablemente una mayoría), otros les traerá sin cuidado y otros lo lamentarán. Pero de lo que estoy seguro es que nadie, absolutamente nadie, olvidará la situación que padecemos y nadie olvidará los problemas tan graves que a todos nos afectan que es, ni más ni menos, la agresión que estamos sufriendo con los recortes en los derechos básicos de la ciudadanía. Nuestro presidente no debería de seguir los pasos de la presidenta de la Comunidad de Madrid utilizando el fútbol –o sus aledaños con himnos, pitidos, partidos jugados a puerta cerrada- para despistar al personal. Mire usted, como suelen decir ustedes los políticos, dé más la cara y denos usted ese subidón moral que tanto estamos necesitando anunciando que a partir de ahora las tijeras las va a usar exclusivamente para recortar las decisiones que su gobierno está tomando contra las clases más desfavorecidas de este país y que va a cumplir con sus promesas electorales y de investidura. No le quepa duda de que con eso sí nos daría un gran subidón.

En fin, menos mal que nos queda la figura de un hombre sensato, sensible y con un conocimiento nítido de lo que es una cosa, el fútbol, y la otra, la situación política, económica y social del país y, lo que es más importante, de quien es la responsabilidad en cada uno de esos ámbitos. Así el Sr. Del Bosque ha declarado con la sobriedad y la sencillez que le caracteriza, a la vez que con sentido común, virtud que tanto valora nuestro presidente del gobierno, que no creo que ganar la Eurocopa sea la solución a los problemas de España.

Veamos lo segundo: En un principio era “calderilla” y “una miseria”. Con estas palabras calificó el presidente del CGPJ y del TS la denuncia que presentó uno de los vocales del Consejo sobre los gastos de los más de 20 viajes que realizó a Puerto Banús (Marbella) pagados con dinero público así como su estancia y manutención y, al menos, la de los siete escoltas que le acompañaban. Con ello estaba reconociendo implícitamente, aunque restara importancia el asunto, los gastos ocasionados al erario público. Estos viajes a Puerto Banús se produjeron en fines de semana que para este personaje, con más apariencia de miembro de la Conferencia Episcopal que de juez, algunos iban de jueves a martes.

Después dijo que no tenía porqué dar explicaciones a la prensa, es decir, a la opinión pública, a la ciudadanía y solamente informaría en el pleno del Consejo. Cosa que por cierto tampoco hizo, pues en la sesión convocada al efecto, no desveló quiénes le acompañaron en las cenas y almuerzos de los que disfrutó en sus más de 20 viajes ni porqué se desplazó en tantas ocasiones sin que el  residente o residentes en Marbella pudieran trasladarse a Madrid para mantener las reuniones. Y ahí sigue, tan pancho.

Lo más escandaloso, no obstante, es que, al parecer, la normativa reguladora (elaborada por el propio Consejo en 1996)  permite a cualquier miembro del CGPJ no tener que justificar sus gastos en estos asuntos. Una vez más nos encontramos que determinados organismos y estamentos del Estado se gastan el dinero de los contribuyentes como les sale de las narices sin que tengan que dar ningún tipo de explicación ni justificación de sus gastos. En este caso es más sangrante, pues se trata de una estructura que es precisamente quien penaliza con sanciones, a veces hasta con años de cárcel, a quiénes hurtan bastante menos dinero de lo que nos ha supuesto a toda la ciudadanía los viajes de este personaje. Esto sí que es una miseria.

Lo dicho: Qué país

Saludos,



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