DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Somos un grupo de jubiladas y jubilados unidos por un común afán de libertad, justicia social y democracia participativa. Nos oponemos firmemente a toda forma de exclusión o marginación, cualesquiera que sean sus motivaciones: origen, religión, género, raza, ideología, "status" social y económico, orientación sexual y, claro está, edad. Rechazamos toda forma de política autoritaria, ejercida al margen del control democrático popular y los políticos que, en nombre de la democracia y el bien común, prescinden del pueblo que dicen representar y favorecen intereses espúreos. Reivindicamos la igualdad de todos los seres humanos y el respeto incontestable a su dignidad y derechos. En tanto que ciudadanos, aspiramos al ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos y muy particularmente al derecho de expresar libremente nuestro pensamiento sin cortapisas ni inhibiciones. El blog responde a esta aspiración y, consecuentes con esta declaración de principios, se encuentra abierto a cuantas personas deseen expresar sus opiniones en estas páginas. Esperamos vuestra colaboración.

lunes, 9 de enero de 2012

CRITICAR O DENIGRAR, that is the question

criticar.
(De crítica).

1. tr. Juzgar de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en las reglas del arte.

2. tr. Censurar, notar, vituperar las acciones o conducta de alguien.

vituperar.

(Del lat. vituperāre).

1. tr. Criticar a alguien con dureza; reprenderlo o censurarlo.

denigrar.

(Del lat. denigrāre, poner negro, manchar).

1. tr. Deslustrar, ofender la opinión o fama de alguien.

2. tr. injuriar (agraviar, ultrajar).



Hay que tener claro que una cosa es criticar y otra muy distinta denigrar. ¿A cuento de qué viene este intento de aclarar los términos? Muy sencillo, viene porque estoy harto de recibir correos electrónicos de personas que sin lugar a dudas su posición ideológica es netamente de izquierdas y, sin embargo, divulgan, con buena voluntad, claro, manifiestos, información, propuestas de enmiendas constitucionales, etc., en las que, en mi modesta opinión, socaban los cimientos democráticos, pues se trata de unos contenidos en los que se denigra a los políticos, que rebosan demagogia en todos sus puntos, que manipulan la realidad, en muchos casos una conducta aislada la generalizan, en otros mienten como bellacos y, como decía antes, se divulgan de forma masiva a través de los correos electrónicos por la gente de izquierdas.

En mi opinión, la razón de que esto se produzca, es que confundimos el criticar con denigrar. Y la diferencia es abismal. La crítica a conductas reprobables de los políticos, a su acción política, a su falta de osadía para enfrentarse a la crisis, a determinados privilegios que ostentan, etc., sin duda fortalece a la democracia.

Este elemento crítico es consustancial a la democracia y no sólo es recomendable, sino imprescindible ejercer este derecho. Con ello se fortalece la democracia. El denigrar, por el contrario, es cuestionar la función del político, DE LA POLÍTICA. EN DEFINITIVA CUESTIONAR LA DEMOCRACIA EN SÍ. Ya hubo un personaje despreciable en nuestra historia reciente que decía: haz como yo, no te metas en política. Pues bien, ese creo yo que es el mensaje subliminal de muchos de estos panfletos que divulgamos con toda nuestra buena fe a través del correo electrónico.

La gente de izquierdas, en nuestro afán crítico (afán que, por desgracia, no destaca en la gente de derechas) en cuanto escuchamos un ruido aparentemente en determinada dirección nos apuntamos a aumentar ese ruido sin, en muchos casos, reflexionar sobre el sonido concreto del ruido y su armonía. En mi vida he tenido aalguna que otra experiencia en este sentido.

Así que nada… mucho ojo con lo que reenviamos en los correos electrónicos.

Cordiales saludos,

4 comentarios:

  1. ¡¡bien dicho, señor Molina!! Totalmente de acuerdo. Besos. Susanne

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  2. De acuerdo, Moli, con tu rechazo a las numerosas campañas de descalificación global de la política y de los políticos y la necesidad de que la "gente de izquierdas" esté "al loro" y no caiga, por desconocimiento, ingenuidad o cabreo, en la trampa de secundarlas irreflexivamente. En muchas ocasiones estas campañas están animadas por fuerzas extremadamente reaccionarias, cuyo objetivo no es otro que el de acabar con la democracia. No podemos sin embargo ser tolerantes por ello con los numerosos casos de corrupción protagonizados por políticos, que ensucian la sociedad española y socavan, ellos también, la democracia. No denigremos la política y los políticos, como dices muy bien, pero mantengamos muy vivas al mismo tiempo las críticas contra los políticos corruptos, exigiendo a los partidos una acción más clara y decidida contra toda forma de corrupción en su seno. No es rechazando la existencia de corrupción política y negándose airadamente a hablar de ella, como hizo Rajoy en la pasada sesión de investidura en el Congreso, el modo en que se va atajar esta lacra y fortalecer la tan necesaria confianza en la política.

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  3. Por supuesto, Santos, estoy totalmente de acuerdo en que la corrupción política es una lacra que debilita la democracia y es un hecho que hay que combatir con todos los medios a nuestro alcance, faltaría más. Además no hay que ocultar lo flaca que está nuestra democracia y el rechazo que sufre la clase política por una parte importante de la población. Este desprestigio, este rechazo a la política no se le puede atribuir en exclusividad a reminiscencias de la dictadura, pues no cabe duda que se lo han ganado a pulso y los políticos han hecho méritos para ello. Sin ir más lejos, los partidos políticos tienen una actitud poco "ejemplar" para eliminar a los corruptos de sus filas y mantienen, más el PP que el PSOE, desde luego, actitudes un tanto ambivalentes, cuando no directamente protectoras, de esos miembros corruptos. Pero todo ello nos debe llevar, precisamente, a una mayor exigencia a todos nuestros políticos para que mantengan, y hagan mantener, comportamientos acordes con la tarea que desarrollan. No seré yo, por supuesto, el que oculte la realidad de la clase política española. Es con la crítica enérgica, pero acertada, con lo que debemos de combatir esta situación y aumentar la calidad de nuestra democracia. En ningún caso con la manipulación, la demagogia, lo burdo y grosero de algunos de los correos electrónicos que circulan entre muchos de nosotros.

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  4. Julián Navarro16 enero, 2012 18:00

    Lo de los correos culpando de todos los males a la clase política y sobre todo sindical, es cada vez más frecuente. Hay gente que rebota cualquier cosa muchas veces sin analizar qué es lo que se rebota. La derecha es muy activa y manda cosas de manera indiscriminada. El problema es de los rebotadores que no analizan lo que reciben y reenvían cualquier cosa y por consiguiente hacen bastante daño.

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