DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Somos un grupo de jubiladas y jubilados unidos por un común afán de libertad, justicia social y democracia participativa. Nos oponemos firmemente a toda forma de exclusión o marginación, cualesquiera que sean sus motivaciones: origen, religión, género, raza, ideología, "status" social y económico, orientación sexual y, claro está, edad. Rechazamos toda forma de política autoritaria, ejercida al margen del control democrático popular y los políticos que, en nombre de la democracia y el bien común, prescinden del pueblo que dicen representar y favorecen intereses espúreos. Reivindicamos la igualdad de todos los seres humanos y el respeto incontestable a su dignidad y derechos. En tanto que ciudadanos, aspiramos al ejercicio efectivo de nuestros derechos políticos y muy particularmente al derecho de expresar libremente nuestro pensamiento sin cortapisas ni inhibiciones. El blog responde a esta aspiración y, consecuentes con esta declaración de principios, se encuentra abierto a cuantas personas deseen expresar sus opiniones en estas páginas. Esperamos vuestra colaboración.

jueves, 21 de junio de 2012

SEPARACION ESTADO IGLESIA

Leyendo estos días un artículo de Marc Carrillo publicado en El País, valorando una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la que se ha desestimado la demanda presentada por un profesor de religión católica contra España, me ha traído a la mente la tan constitucional medida de separación entre Estado e Iglesia y, a la vez, tan incumplida en todos los ámbitos del Estado. 

Las relaciones entre las distintas religiones y el Estado se recogen en el artículo 16 de nuestra Constitución, y es en su punto 3 donde se indica que ninguna religión tendrá carácter estatal y que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española manteniendo las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones

Es evidente, pues, que nuestra Constitución plantea claramente la separación entre Estado e iglesias, incluida, claro está, la Católica. Es con esta última, sin embargo, con la que, probablemente por tantos siglos de unión a modo de siameses, seguimos topando (bueno, hay muchos que no se topan sino que se abrazan fuertemente).

Hay en determinadas épocas y momentos –por ejemplo, en la toma de posesión de los ministros, pero no solo- en las que en los medios de comunicación se dedican grandes espacios a analizar lo ocurrido en esa toma de posesión ante un crucifijo, si el ministro ha jurado o comprometido, si ha puesto la mano en la Biblia o la Constitución (bueno, en algunos casos donde ponen la mano nuestros cargos públicos es en la pasta), etc.

Hay otros muchos actos oficiales estatales en los que queda claro que, en efecto, la separación entre iglesias y Estado está todavía muy lejos de ser efectiva. Se ha dado el caso, un tanto singular, que en funerales de Estado por víctimas de atentados se han celebrado misas católicas y no se ha tenido en cuenta que entre las víctimas había fallecidos de otras religiones.

En este aspecto es de destacar que en donde se comienza a dar esta amalgama y confusión entre religión y Estado es en aquellos núcleos más enraizados en las tradiciones, es decir, en los pueblos. En los Ayuntamientos, sean del signo político que sean, no se hace nada para ir avanzando en la línea de separación de ambas instituciones. Supongo que habrá un temor al enfrentamiento con determinados colectivos y se sigue actuando como en tiempos preconstitucionales. Como ocurre con frecuencia se elude la responsabilidad de avanzar hacia una situación de normalidad en lo cotidiano, en el día a día.

Por poner un botón de muestra, en Manzanares El Real, mi pueblo en la actualidad, se han celebrado unas fiestas y el Ayuntamiento ha colgado en su página WEB el cartel de más abajo con la siguiente entradilla: Entre el 22 y el 28 de mayo celebramos las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Peña Sacra. Actos religiosos, actividades para niños y actuaciones musicales son parte del completo programa que hemos preparado (el resaltado en negrita es mío).

Como se puede comprobar por el cartel de las fiestas, el completo programa preparado por el Ayuntamiento son eventos de carácter religioso. Más del 80% son actos puramente religiosos.

Considero que, como todo lo concerniente a la ciudadanía, es desde los ámbitos más cercanos a su cotidianeidad desde donde hay que comenzar a formar criterio y cumplir con la normalidad constitucional. En este caso, a diferenciar lo que es de Dios y lo que es del César. Ocurre sin embargo todo lo contrario, es en estos ámbitos en los que más se amalgama lo divino y lo humano, lo religioso y lo civil.

Como desconozco los motivos del Ayuntamiento para organizar los actos que le correspondería en exclusividad a la Iglesia Católica, me he dirigido al mismo por escrito para recabar información, pues a mi modo de ver,  en estricto cumplimiento del mandato constitucional, se debería de haber limitado a autorizar la utilización de las calles del pueblo para las procesiones y poco más. Es decir, cooperar y no protagonizar.

Feliz verano a todas y todos.

 

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