EL PRÓXIMO 11 DE MARZO, TODOS A LA "MANI".
Dentro de la aberrante campaña del Gobierno y el PP contra los sindicatos y los trabajadores, que tantas perlas nos ha proporcionado hasta ahora, son de destacar las declaraciones de Rajoy en las que chulescamente ha afirmado que no le preocupan las manifestaciones contra la reforma laboral, las cuales, en ningún caso, "servirán de nada". Está claro que su pretensión última es la de desactivar la manifestación del próximo domingo, sembrando el desánimo y la resignación entre la población española, los dos factores sobre los que se ha sustentado el éxito electoral de su partido y el suyo propio. Con ello pone de manifiesto sin embargo su escaso talante y su dudoso talento. Declaraciones de este tenor no hacen sino mostrar el desprecio del Sr. Rajoy por las legítimas demandas del pueblo en la calle y aumentar la creciente indignación ante su política de recortes en derechos, educación, sanidad y servicios sociales. Las razones para manifestarse aquí y ahora son variadas y poderosas. Me remitiré tan sólo a las que Arturo González, periodista de "Publico", desgrana en su artículo del 3 de Marzo, titulado El capador de ilusiones
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